El desayuno también ha evolucionado con el tiempo. Muchas cafeterías han incorporado opciones más actuales como yogur con frutas, tostadas de aguacate o cafés especiales. Esta tendencia responde tanto a la influencia internacional como a los cambios en los hábitos alimenticios, sin dejar de lado las opciones clásicas que siguen teniendo gran aceptación entre la clientela.
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Una de las particularidades del desayuno español es su segundo acto: el «almuerzo» o «tentempié» de media mañana. En muchos entornos laborales, es habitual hacer una pausa para tomar un bocadillo, una tortilla o una bebida. Este momento intermedio permite mantener la energía hasta la comida del mediodía y se ha convertido en una costumbre arraigada en el ritmo diario de muchas personas.
Lejos de ser una comida uniforme, el desayuno en España muestra cómo incluso un acto cotidiano puede adquirir matices culturales profundos. Ya sea en casa, en el bar de la esquina o en una terraza con sol, el desayuno refleja una forma de empezar el día donde el sabor, la costumbre y el entorno se encuentran en equilibrio.
