El surrealismo en España no se limitó a estos nombres, sino que permeó diversas disciplinas, desde la fotografía hasta la poesía, influyendo en movimientos posteriores y en la evolución del arte contemporáneo. Este legado contribuyó a consolidar una identidad artística abierta a la experimentación y al diálogo con corrientes internacionales.
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El contexto social y político del siglo XX también influyó en la recepción y desarrollo del surrealismo, que en ocasiones funcionó como forma de crítica y reflexión sobre la realidad. La Guerra Civil y la dictadura condicionaron la actividad de muchos artistas, quienes buscaron en el arte un espacio para la expresión y la resistencia.
Hoy, museos como el Dalí Theatre-Museum en Figueres o el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en Madrid preservan y difunden este patrimonio, acercando al público la riqueza y complejidad del surrealismo español. Este movimiento sigue inspirando a nuevas generaciones y mantiene su vigencia como expresión artística y cultural.
