El otoño también es perfecto para visitar ciudades como Salamanca, Córdoba o Girona. Con la llegada de la temporada universitaria, muchas de ellas recuperan su pulso cotidiano. Se puede caminar sin agobios por sus calles históricas, disfrutar de su patrimonio y participar en festivales de música, cine o literatura que suelen organizarse durante estos meses. Además, los alojamientos ofrecen precios más ajustados fuera de la temporada alta.
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En cuanto a la naturaleza, parques como el Monfragüe en Extremadura, el Montseny en Cataluña o los Picos de Europa muestran su mejor cara en esta época. Las caminatas son más agradables, los paisajes están vivos y las temperaturas invitan a pasar más tiempo al aire libre. Es una buena oportunidad para quienes buscan tranquilidad y silencio, sin renunciar a la belleza escénica.
El otoño también es una estación de sabores. Las cartas se llenan de platos de cuchara, setas, castañas, calabaza y productos de temporada que protagonizan ferias y mercados en muchas regiones. Participar en una jornada de recolección, visitar un mercado de productores o asistir a una cata temática es una forma de conectar con las costumbres locales desde un ángulo muy sensorial.
Viajar por España en otoño no solo ofrece paisajes únicos y menos aglomeraciones, sino también un acercamiento más auténtico a la vida local. Es una estación ideal para quienes valoran el equilibrio entre naturaleza, cultura y gastronomía en un contexto sereno y enriquecedor.