En el noreste, Teruel destaca por su arquitectura mudéjar, reconocida por la UNESCO. A pesar de su tamaño reducido, ofrece una interesante mezcla de arte, historia y naturaleza. El visitante puede admirar torres, iglesias y edificios únicos, y después desplazarse a enclaves naturales como Albarracín, uno de los pueblos más pintorescos del país. La provincia también es conocida por su jamón y su cielo estrellado.
Anuncios
Castellón, en la Comunidad Valenciana, suele quedar eclipsada por sus vecinas Valencia y Alicante. No obstante, su litoral, sus playas tranquilas y su cercanía al Parque Natural del Desert de les Palmes ofrecen un equilibrio entre mar y montaña difícil de encontrar. Además, cuenta con un casco histórico interesante y una vida cultural activa, especialmente en verano.
Viajar a estas ciudades menos conocidas permite también ahorrar en alojamiento, transporte y entradas a museos o monumentos, sin renunciar a la calidad de la experiencia. Además, el trato con los habitantes suele ser más cercano, lo que enriquece aún más la estancia. Es una forma de turismo más relajada, centrada en el descubrimiento y el contacto auténtico con el lugar.
Explorar estos destinos menos habituales es una forma de romper con las rutas tradicionales y descubrir una España plural, donde cada ciudad tiene su propio ritmo, su identidad y su belleza particular. En un viaje así, las sorpresas son constantes y el recuerdo, duradero.
