La guerra tuvo consecuencias devastadoras para la población y la infraestructura del país. Las ciudades fueron saqueadas, los campos arrasados y miles de vidas se perdieron. Sin embargo, de este contexto surgió también un fuerte sentimiento de identidad nacional, así como una nueva generación de pensadores y políticos que apostaban por reformas profundas.
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El final del conflicto y el regreso de Fernando VII marcaron el inicio de una etapa de tensiones entre absolutistas y liberales. Aunque el monarca restauró el Antiguo Régimen, las ideas que surgieron durante la guerra se mantuvieron latentes y resurgieron con fuerza en las décadas siguientes. El conflicto había plantado las semillas de un cambio que transformaría el país a largo plazo.
La Guerra de la Independencia no debe verse solo como un episodio militar, sino como un fenómeno complejo que modificó el rumbo de la historia española. A través del estudio de sus causas, desarrollo y consecuencias, es posible comprender mejor los desafíos que enfrentó la sociedad española en el tránsito hacia la modernidad.
